domingo, 26 de octubre de 2008

PATRICIO LUMUMBA : UN CANTO A LA RAZA


- El nacimiento a la libertad de los pueblos africanos, tuvo el parto más doloroso de entre todos los del mundo moderno, subyugados desde que el mundo colonialista puso los pies en el continente, tras siglos de barbaries, aún después de años de formal autonomía, sus heridas no terminan de cerrar; el reciente siglo pasado conservaba vestigios del sistema de expolio patronal en estos países, sus riquezas naturales llenaban las arcas de gobiernos imperialistas a quienes poco les interesaba las condiciones de salvajismo en que sus operadores explotaban estos recursos. El Congo, hoy Zaire, un extenso territorio que el siempre presto Henry Stanley recorrió al servicio del Rey belga Leopoldo, un monarca paradigma de la miseria hedonista, quién se lo adjudicó como propiedad personal en el congreso colonialista de Berlín, del 15 de noviembre de 1884, y en 1908 se convirtió en colonia belga oficial, entre esos países era una posesión preciada, rico en caucho, madera, aceite de palma, diamantes, cobre, minerales importantes para la industria bélica como titanio, cobalto y el uranio que nutrió del elemento fisionable a la bombas atómicas de 1945; en aquel enclave, Bélgica, instauró un sistema torpe, enteramente utilitario, sin las estrategias prudentes impuestas en las similares colonias por franceses e ingleses (quienes también ambicionaban ese territorio y por eso denunciaban las barbaries de Leopoldo), y a la usanza del estilo colonialista más sanguinario, creó una colonia infernal, aprovechando el boom del caucho que acompañó al del automóvil, implantó una red de campos de trabajos forzados militarizados para estas explotaciones, en los años de ocupación, los tambores galoparon anunciando la muerte por millones, en cuyo recuento siniestro se diezmó a la población nativa en casi 40%, así engrosaron fortunas, capitalistas como Guggenheim, Morgan y Rockefeller; La segunda guerra mundial aunque debilitó el coloniaje ya que los dueños concentraron sus esfuerzos bélicos en el continente, no supuso problema para las colonias en cuanto a propiedad, sino para mas exigencia productiva, ese sistema en el Congo creó paralelamente a los campesinos, una clase proletaria de las mayores de Africa, en especial durante los años de necesidades de producción por la guerra en Europa, pero sin mejoría en las condiciones elementales de vida, en ella el acceso a la educación para los congoleños era ínfimo y los colonialistas de paso aprovechando la tradicional organización de tribus y sus luchas seculares, creaban divisiones entre los pueblos al interior, para facilitar su control del país; la invasión alemana a Bélgica le permitió mantener su colonia africana y anexarse además las colonias alemanas de Ruanda y Urundi. En el periodo de entreguerras, producto de las amenazantes tendencias reivindicativas africanas y asiáticas, los colonialistas moderan sus métodos de explotación, o asumen diferentes tácticas neo-coloniales para mantener sus posesiones, entre ellas otorgarles la libertad, pero en manos de gobiernos sumisos leales, o tal vez con la esperanza que los nuevos libertarios sean incapaces de gobernarse, ya para entonces contaban con el cobijo político de la potencia imperialista emergida vencedora de la guerra mundial.
- Patrice Emergy Lumumba, nació el 2 de Julio de 1925 en Onalua, Kasai, en la República del entonces Congo Belga, y destaca entre las eméritas figuras que redimieron el valor de la palabra Libertad en esas tierras donde aquella siempre pareció una utopía sacrílega, su gesta es destacada entre la de los luchadores congoleños que algún día llevaría a la verdadera independencia de su país, aunque para ello sacrificaría de una forma abominable su propia existencia física, en un acto de crueldad primitiva que estremeció al mundo.
- Inicia su corta pero intensa vida política, cuando su arresto en 1955 por las autoridades colonialistas belgas, bajo el pretexto de malversación de fondos, mientras era empleado de correos e intentaba formar un sindicato de trabajadores, al salir en dos años, sustentado en su carisma y lucidez coherente en la oratoria que lo califican como líder, inicia sus movimientos políticos organizativos, contacta con el movimiento independentista, crea en 1958 el Movimiento Nacional Congoleño (MNC) agrupando las fuerzas progresistas, el MNC intentaba reunir las tendencias regionalistas y tribales azuzadas a la separación por el régimen dominante, en una nación unificada independiente; de paso Lumumba, a la luz de los hechos se concientizaba a que el comunismo era la única forma de librar a su pueblo del yugo imperialista, luego de pensar al inicio como demócrata burgués. Ya inmerso en las arenas políticas, cuando un romántico vendaval de idealismo independentista recorría Africa nacido de la reciente independencia de Ghana, justamente, su líder el dirigente panafricanista Kwame Nkrumah, cita en Accra la Conferencia de los Pueblos de África, donde acude a nombre del MNC, esa cita lo marca en grado y lleva esos ideales a su país en un inflamante discurso en Leopoldville, donde finalmente exige la libertad de su país, provocandose una movilización masiva, luego del cual es apresado por la policía colonial, pero la movilización popular permite su liberación en 1960. Ante esos hechos, Bélgica reconociendo la situación y ante la creciente influencia del MNC, recibe a los nacionalistas en una mesa redonda en Bruselas, donde destacaba Lumumba como dirigente negociador para la declaración de independencia y se convoca a elecciones, con ilusas expectativas del MNC y su candidato natural, de tomar en una transición pacífica el control del aparato represivo y recursos, para terminar la dominación belga y llegar a la autonomía.
- Lumumba era un personaje cautivo de los vaivenes de su tiempo y estaba a merced de las tendencias que movían la política mundial del momento, y así luego de ser un burgués, se declara comunista en plena campaña, lo que le granjea el apoyo de la amplia clase trabajadora y triunfa en mayo de 1960, en julio del mismo año se declara la República independiente, bajo un gobierno de coalición con el futuro traidor Joseph Kasavubu como Presidente y Lumumba primer ministro, esta alianza no tenía horizonte visible, los independentistas de Lumumba perseguían la unidad centralizada de los 13 millones de congoleses en un gobierno fuerte y los neocolonialistas de Kasabuvu con Moisés Tshombé, un sirviente de Bélgica, pretendían un estado federado descentralizado con prevalencia de las localías; otro personaje el jefe del ejército Mobutu, merodeaba al acecho con la paciencia de la rapiña y terminaría derrocándolos algún día.
- Al acto de proclamación de Junio de 1960 en Leopoldville (Kindshasa) asistiría el rey Belga Balduino I, quien esperaba abrazos agradecidos y descontaba la docilidad del nuevo gobierno hacia sus vigentes fines imperialistas, respaldado para sus fines por los colonos y bandidos locales, las riquezas del Congo no se dejarían escapar fácilmente; en la historia de los actos protocolares, acostumbrados a dibujar hipócritas sonrisas, aquel discurso de Lumumba, apasionado, crudo en el recuento de la era colonial, con sus expectativas futuras y nada diplomático estilo, escandalizó a la realeza y pajes presentes, en un ejemplo de sincero lamento y descarnada rabia contenida por el llanto de generaciones de sus compatriotas, proclamó:
“Durante los 80 años de gobierno colonial sufrimos tanto que todavía no podemos alejar las heridas de la memoria. Nos han obligado a trabajar como esclavos por salarios que ni siquiera nos permiten comer lo suficiente para ahuyentar el hambre, o vestirnos, o encontrar vivienda, o criar a nuestros hijos como los seres queridos que son. Hemos sufrido ironías, insultos y golpes día tras día sólo porque somos negros [...] Las leyes de un sistema judicial que solo reconoce la ley del más fuerte nos han arrebatado las tierras. No hay igualdad; las leyes son blandas con los blancos pero crueles con los negros. Los condenados por opiniones políticas o creencias religiosas han sufrido horriblemente; exilados en su propio país, la vida ha sido peor que la muerte. En las ciudades los blancos han tenido magníficas casas y los negros destartaladas casuchas; a los negros no nos han permitido entrar al cine, los restaurantes o las tiendas para europeos; hemos tenido que viajar en las bodegas de carga o a los pies de los blancos sentados en cabinas de lujo. ¿Quién podrá olvidar las masacres de tantos de nuestros hermanos, o las celdas en que han metido a los que no se someten a la opresión y explotación? Hermanos, así ha sido nuestra vida.” “Pero nosotros, los que vamos a dirigir nuestro querido país como representantes elegidos, que hemos sufrido en cuerpo y alma la opresión colonial, declaramos en voz alta que todo esto ha terminado ya. Se ha proclamado la República del Congo y nuestro país está en manos de sus propios hijos” Luego mirando al monarca descendiente del luciferiano Leopoldo, le enrostró: “Ya no somos sus monos”. Los años de exterminios sangrientos, lágrimas, humillaciones y desprecio, no se deben pasar por alto, es saludable para la historia y el ejemplo.
- Lumumba, valiente como pocos, sintetizó en ese acto aún simbólico de libertad, épicamente el pasado, pero el futuro pintaba brumas en el horizonte cercano, los secuaces y confabuladores colonialistas aún infestaban ciudades, los campos, las minas, controlaban las armas, los monopolios de explotación, la burocracia, y tenían a su servicio al presidente Kasavubu y a un domesticado y dispuesto general Mobutu como servil instrumento del imperialismo belga; el viejo poder empezó a mover sus siniestros hilos junto a la inteligencia americana, belga y afines, boicotearon el funcionamiento tecnológico del país para crear descontento, apoyaron la permanencia de sus sirvientes en el poder, sabotearon la producción en sus nudos críticos, organizaron revueltas internas desde Julio de 1960 hasta llegar a crear movimientos secesionistas apoyados por capitales mineros en las zonas de explotación, la principal ocurrió en Katanga liderada por Moise Tshombe y en otras de carácter hasta pintorescas, Lumumba intentó siempre mantener la unidad centralizada y el gobierno trató de apaciguar democráticamente el caos promovido desde afuera pero este era ya un éxito, el proyecto de trozar el país marchaba cual actos escritos, el estorbo eran Lumumba y su gente, era condición indispensable, sacarlos de escena; para empeorar las cosas, Bélgica envía sus tropas bajo pretexto de proteger a sus compatriotas, secundando a los separatistas en Katanga quienes declararon la independencia de esa provincia; Lumumba reacciona rompiendo relaciones con Bélgica, intentando unir a los congoleños ante la amenaza extranjera, recurre a los estados africanos, EEUU, finalmente llega a la ONU; las quejas del gobierno formal ante la ONU, no lograron la evacuación de las tropas extranjeras, es más, la ONU envía tropas que intensificaron la desestabilización del gobierno.
- Mientras tanto Kasavubu recibía presiones belgas para expulsar a Lumumba, y cede al fín, expulsándolo ilegalmente el 5 de Setiembre de 1960 con sus ministros, éste se niega, actúa recíprocamente con el presidente y solicita ayuda a los dirigentes africanos y a la Unión Soviética que envía asesores y agentes militares ese mismo mes (URSS, ya en los tiempos de Jrushov veía mas conveniente solo asesorarlos antes y luego integrarlos económicamente), se avisoraba la tempestad. Al entrar al juego del equilibrio mundial, las iras de Washintong se sumarían ahora, Lumumba era ya una doble amenaza, para el pilar del sistema, no le dejarían abrir las puertas del comunismo en Africa, y para el amo inmediato, como líder reconocido por las masas, vivo era un problema; el propio presidente Eisenhower y el jefe de la CIA Allen Dulles ordenaron el asesinato de Lumumba, el “Ike” después de todo debía mantener el status quo en el juego mundial, aunque tuviese que emparentarse con los capos sicilianos; también Bélgica puso como prioridad sus asesinato en sendas órdenes escritas explícitamente. Para entonces, Lumumba, lúcido de ideas pese a la crisis y el caos, presagiaba su destino en una profética y visionaria carta a su esposa de enero de 1961; a los pocos días de la fractura del gobierno, el coronel Joseph Mobutu Sese Seko, jefe del ejército, nombrado y ascendido meses antes por el propio Lumumba – el traidor uniformado es una constante en las historias de infamia – toma el control de la capital, reprime a las organizaciones políticas y expulsa a los técnicos soviéticos; ahora buscado por el ejército, el cerco sobre Lumumba era más estrecho, incluso la ONU que jugó en la crisis un papel deplorable y subalterno a los intereses imperialistas, ordenó a sus tropas no protegerlo.
- Una primera detención en Octubre de 1960 por el ejército y la ONU, es recluido en su residencia en Leopoldville por 2 meses y escapa en Noviembre sorteando el cerco y huye a reagrupar sus fuerzas con Antoine Gizenga y sus leales izquierdistas en Kisangani, los cuales a fines de Diciembre de 1960 e inicios de Enero 1961 en una contraofensiva exitosa recupera Bukavu (Kivu), encolerizando a los confabulados, era ya una guerra civil emergente, esta situación llama la atención del propio secretario general de la ONU, Dag Hammarskjold, quien pacta un encuentro con Tshombé en Ndola, pero el avión de Hammarskjold se estrella cerca de sus destino y este fallece.
- Finalmente, es detenido en Thysville (Mbanza-Ngungu), por el ejército Belga, pero ante la reacción popular a su favor en la capital, Bruselas ve conveniente ordenar su entrega a Tshombé y los separatistas de Katanga, quien lo somete a crueles torturas junto a dos de sus ex-funcionarios, durante días, ante la complacencia de las tropas de la ONU , es exhibido, pasado de grupos de verdugos a otros, resistiendo firme con el orgullo en pie por largas sesiones, ya convertido apenas en un espectro humano producto de largas torturas, el 17 de Enero de 1961, en un oscuro descampado de Katanga, a los 35 años, habiendo ejercido cortos 3 meses como primer ministro, es fusilado con sus dos colaboradores, al amparo de testigos presentes del ejército y políticos tanto belgas como de su país; su asesinato indignó a millones de personas de todo el mundo, se llegó a desenterrar su cadáver para descuartizarlo y disolverlo, para intentar encubrir la mugre de las conciencias de los asesinos belgas y congoleños ; así se apagó la fugaz estrella de Lumumba en el cielo africano, luego los agentes del imperialismo domesticaron a la prensa con versiones apócrifas sobre su muerte atribuyéndolo a los propios campesinos y a sus enemigos, recién 40 años después en Noviembre del 2001, el parlamento belga admitió el papel de su país en tan brutal acto, tal vez algún día EEUU reconocerá algo similar en su participación sobre el destino de Hoffa o Kennedy.
- La historia que sigue a La muerte de Patricio Lumumba, es un común reprise años de interminable guerra civil como modus vivendi de esta región; sus seguidores se reagruparon en Kinshasa bajo órdenes de su ex Viceprimer Ministro, Antonio Gizenga y se desencadenó con mayor fuerza una larga lucha que en algún momento se extenderá a la participación de países vecinos, con una anecdótica participación del Che Guevara y soldados cubanos; Tshombé encabezó un nuevo gobierno títere y junto a las tropas de la ONU, los mercenarios imperialistas y el ejército local trabajaron en vano para tratar de liquidar la guerrilla, luego es desplazado por el militar Mobutu, un dictadorzuelo cleptócrata y servil a intereses patronales que siguió hundiendo a su país en la guerra, la pobreza y el saqueo, que con apoyo yanqui-franco-belga, mantuvo el poder hasta la liberación del país en 1997.
- Después de su muerte y en su recuerdo, la URSS creó en Moscú, la Universidad Patricio Lumumba de la Amistad de los Pueblos, para que allí puedan estudiar los hijos de los países del tercer mundo. En el presente, cuando quedan pueblos en una deuda pendiente con su dignidad nacional, el ejemplo de Patricio Lumumba, el idealista libertario y temerario, quien nunca perdió la nobleza y altura como símbolo de esa lucha, su romanticismo era incompatible con el oportunista cálculo taimado, el vértigo de los acontecimientos de su tiempo lo exigía tal vez así, su recuerdo no debe descansar en paz, siempre triunfará en el juicio de la historia universal, su estela inolvidable, quedará en las citas de honor junto a los nombres de Kwame Nkrumah, Georges padmore, Thomas Sankara, Malcom X, y otros, como luz de la reivindicación de las naciones del Africa Subsahariana y su historia es un canto al valor de los principios, cada vez menos común en un mundo alineado a las conveniencias, y una lección siempre vigente sobre como de inmisericorde puede ser la opresión universal y sus intereses.