sábado, 8 de noviembre de 2008

MIRADAS AL PASADO




- El sentido común nos insinúa que todo lo que vemos directamente ante nuestros ojos es manifestación del presente, con algo de exigencia imaginativa no es difícil figurarse observar a nuestros seres cotidianos con algunas arrugas menos en su tez, a los padres en su apogeo físico, a la antes novia en su esplendor estético, a los hermanos en sus retozos de kinder, o a nosotros mismos mirarnos al espejo con los bríos de nuestra cada vez más lejana adolescencia cuando hoy estemos luciendo inmisericordes canas que nos recuerdan lo caducos que somos; a nivel cósmico ese retraso perceptivo es moneda corriente que observamos todas las noches, solo se necesita un nocturno cielo estrellado y diáfano, esos astros luminosos del firmamento nos permiten ver su pasado como un espejismo presente.
- Es que ante la grandeza del universo que exhibe magnitudes de números inimaginables para nuestra humildad, hasta la inalcanzable y fantástica velocidad de la luz es una plebeya, la plusmarca cósmica de 299,793 kms/seg debe cabalgar incansablemente y aún así llegar con retraso al alcance de nuestro preciado sentido visual; sin ir muy lejos, la luz solar que nos cobija y reverdece cada mañana el ritual de la vida en la tierra llega luego de 8 minutos de su partida, y vemos su pasado inmediato, el vecino estelar más próximo al sistema solar, Alfa Centauri, es percibido con cuatro años de retraso, el tiempo que tarda su luz e imagen en llegar, cuatro años más joven, en un efecto que envidiaría la frivolidad humana, ninguna estrella nos muestra sus ocurrencias en primicia.
- Podemos hacer un análogo de esa tardanza a nivel hogareño terrestre, con el retraso del sonido del trueno tras un instantáneo relámpago que vemos en nuestra atmósfera, y es que en medio de las inmensidades que nos separan de las luminosidades del espacio, estamos sentenciados a nunca ver una señal de ellas en su instante de emisión; Newton pensaba que igualmente la gravedad sería instantánea para mantenernos en órbita y si teóricamente el sol desapareciera, sus planetas quedarían a la deriva instantáneamente, pero la relatividad destruyó su creencia, la gravedad se debe a vaivenes provocados en el tejido espacio temporal por los grandes astros que la perturban como una bola de acero en un colchón y sus acción espera la llegada de ese efecto, aunque igual de rápida tampoco ella es instantánea en su efecto.
- La velocidad de la luz, nada espectacular para las distancias interestelares, pero al parecer nuestra anatomía sometida teóricamente a ella, enfrentaría a un reto de límites de resistencia fisiológica y leyes físicas, al embarcarnos en un viaje al 99.9% de la velocidad de la luz , por ejemplo a un satélite o planeta de la brillante estrella Sirio, a 9 años luz de distancia, que llevaría 18 años luz tomando en cuenta ida y vuelta, se produciría un factor de retardo con los efectos relativistas para un reloj viajero que casi permanecería estático, los latidos cardiacos que casi dejarían de latir como sin llegar a morir, frecuencia respiratoria lentificada, en la percepción física de los objetos del viaje estos se contraerían en una línea delgada, la voz se distorsionaría, un metro disminuiría de longitud en dirección de la aceleración, aunque para el viajero en sí todo le parecerá igual en su percepción, aunque los probables efectos de los rayos cósmicos sobre los cromosomas humanos en esos entornos son una incógnita suspicaz.
- Podemos ver incluso millones de años en el pasado como si estuvieran en el presente, al levantar la mirada hacia la galaxia de Andrómeda a 2,5 millones de años luz en el espacio, su luz salió hace más de 2 millones años y viaja como relámpago infatigable por todo el espacio y lo vemos como si fuese hoy, aquellas supernovas de poderosas explosiones captadas por los telescopios, son en muchos casos ocurrencias de hace cientos o miles de años.
- Estas reliquias evocatorias nos llaman a preguntarnos, que acontecía en este punto celeste estelar cuando esos fotones de luz partían desde su origen, ¿y si retamos a la imaginación a mas? Es casi un acto reflejo nuestro el pensar, a veces para alivio, que los aciertos y torpezas del pasado se han marchado para sólo quedar en nuestro almacén cortical, pero el pasado aún existe en el presente, no sólo en las conciencias con sus remordimientos no pocas veces torturadores; en el lado inverso tomándonos como objetos luminosos observables, alguien desde el sistema de la estrella Rigel a 773 años luz vería nuestros primitivos fanatismos de las ultimas cruzadas y las andanzas de Gengis Kahn, desde Antares a 220 años luz vería la revolución francesa, desde Regulus a 77 años luz la depresión del 30, desde la estrella Pólux a 35 años luz los de Watergate, desde Vega a 27 años luz las agonías del régimen comunista, desde solamente Sirio veríamos como en un filme lo que hicimos hace 9 años como si lo estuviésemos haciendo aún ahora, todo lo que hicimos en nuestra vida lo estamos haciendo aún ahora, cada pecado, cada error, para siempre lo continuaremos haciendo para un hipotético fisgón interestelar desde algún sistema tan lejano que para bien de ella nunca alcanzaremos a pisar.