sábado, 6 de noviembre de 2010

ILUSTRES CHARLATANES (4): URI GELLER



- El ilusionismo es una forma de entretenimiento con fines legítimos cuando la honestidad está implícita en su oferta; grandes exponentes de ese arte han ganado un merecido reconocimiento y fortuna y no han faltado quienes han revelado públicamente secretos del negocio, pero por sobretodo la mayoría de ellos han sido honrados en presentarse como los artistas ingeniosos que son. El problema surge cuando algunos ilusionistas se atribuyen esas habilidades como un poder paranormal real, pretendiendo que evaden las leyes de física elemental aplicables a todo el Universo.
- A inicios de la década del 70, el joven Uri Geller empezaba su carrera de mago impresionando a sus compatriotas en Israel durante sus actuaciones, con números originales que incluían la reparación de relojes con solo mirarlos, romper anillos de metal sin tocarlos y doblar cucharas y objetos de metal masajeándolas suavemente con los dedos o solo concentrándose. Este último truco se convertiría en su sello personal que lo catapultaría como un adelantado de ese arte. Su incipiente fama llegó a oídos de un americano que fungía de “investigador psíquico” llamado Andrija Puharich – quien además había avalado a otros santeros – y que viajó hasta Jaffa Israel a verlo y quedó impresionado por el manejo de escena de Geller y el truco del anillo, que al final del show se le acercó y manifiesta “que le propuso someterse a pruebas científicas sobre sus poderes a lo cual Geller en principio estuvo renuente pero aceptó”.
- Geller ó hizo picadillo la incapacidad de Puharich ó es versión del mismo Puharich para alimentar la leyenda del divo – como es costumbre en estos negocios – de “que pasó la prueba de adivinación de números escritos en un papel, que elevó la temperatura de un termómetro con mirarlo, que movió la aguja de una brújula con la mente, que torció el chorro de agua que salía de un grifo”, concluyendo que Geller influía en la mente, era un psíquico genuino y tenía dominio sobre la materia o el don de la Psicokinesis y que el propio mago cándidamente alegaba “que era algo natural en él, que no sabía como lo hacía, que cuando niño arregló de esa manera un reloj y dobló cucharas cerca a él lo que preocupó a sus padres y ya en su adolescencia al tener mayor control de sus “poderes” rompió un candado y aprobaba exámenes leyendo la mente de otros alumnos”. Puharich estaba convencido además que Geller tenía pleno control de sus poderes en todo momento a diferencia de otros psíquicos que eran irregulares en sus resultados cuando se sometían a sus pruebas.
- Un aspecto bastante burdo y desconfiable de la leyenda de Geller es la alusión a “contactos espaciales que le dan esos poderes”, así entonces para llevar más lejos el cuento – siempre en versión de Puharich – dice que entre sus investigaciones sometió a Geller junto a otros “investigadores” a hipnosis para descubrir el origen de sus poderes, donde Geller contó de sus contactos con seres espaciales “de quienes no se le estaba permitido hablar” y retrocediendo más en el tiempo “recordó su contacto con una nave espacial en Tel Aviv a los 3 años de edad y haber sido abrumado por la luz de esta”. Y mientras contaba esos hechos durante la sesión, Puharich dice “haber escuchado una voz extraña en el aire que le decía que “ellos” habían hallado a Uri a esa edad y que lo habían programado para ayudar a la humanidad”; “al despertar Geller no recordaba nada, pero al hacerle escuchar la voz misteriosa “que fue grabada” en una cinta, Geller la cogió y esta desapareció en sus manos”. Puharich y sus compinches contaron “haber oído la voz por encima de sus cabezas y que siguieron desde ahí una serie de hechos extraños en su convivencia con Geller”, y “desde entonces estas “entidades” hacían cosas como detener el motor del coche y luego arrancarlo, teletransportar la cartera de Puharich desde Nueva York a Tel Aviv y hasta a su mascota, que los seguían a ambos mediante una luz de nave espacial que no era visible a otros”. Siempre en versión de Puharich, éste decía que “años antes otro dotado le dijo de su contacto con seres espaciales misteriosos que se hacían llamas “Los Nueve” y que en las sesiones con Geller manifestaron ser ellos mismos y que venían de otra dimensión, vivían en su nave “Espectra” a 53.069 años luz de distancia que vigilaban la tierra por miles de años, que habían aterrizado en Sudamérica hace 3 mil años y pronto demostrarían su existencia aterrizando de nuevo”, cosa que hasta hoy esperamos. Geller luego afirmaba que “Los Nueve le advertían que se abstenga de realizar pruebas científicas y de informar sobre ellos”, “era conveniente además evitar pruebas con escépticos”, y claro, había que tener algún pretexto para evadirlos, y un día tuvo una discusión con su agente de los que se describe ocurrieron hechos paranormales en ese momento, como “objetos y relojes volando y vientos fuertes”, con lo que Geller quiso convencerlo rogándole para no ir a las pruebas, pero los seres espaciales si le dieron permiso para permitir realizar una película sobre su vida y ganar dinero.
- Se supone que Puharich solo quería estudiarlo, “sin ningún interés comercial”, como que lo que hizo después también en EEUU, pero Geller se hacía el desentendido en cuanto al tema de los seres espaciales y decía no le interesaba probar sus poderes sino hacer fortuna, y los trucos - y el cuento - de “Los Nueve” que trajo a colación Puharich le perjudicaban. Geller cuenta que un día mientras Puharich estaba en EEUU “encontró en su casa una carta de Puharich diciéndole que no podría salir de EEUU por 3 meses y al llamarlo para saber la razón, el investigador le dijo no haber escrito la carta” y Geller lo tomó como otro mensajes de “Los Nueve” que querían que Puharich se quedara en EEUU convenciendo a científicos que valía la pena estudiarlo, y que la carta desapareció de su bolsillo. Huelgan comentarios sobre este aspecto de los seres del espacio y respecto a Puharich pereció actuar mas como un agente publicitario encubierto.
- Mientras, Geller viaja a Alemania para iniciar su carrera pública en los albores de la década del 70 y donde fue aceptado como un auténtico psíquico, demostrando el gran tacto comercial que lo hizo en el ilusionista mas rico de ese tiempo. En una visita hábilmente orquestada por el agente Yasha Katz, se prepara un “reto” a pedido de un reportero que sugiere parar un teleférico en el aire y así se dirigen al funicular de Hochfelln en Munich, y luego de fingir concentrarse, inicialmente no pasa nada y los reporteros estaban a punto de retirarse – el elemento dramático de siempre –, pero de pronto el teleférico se paró en el aire – por el apagado del interruptor principal – y esa fue como su entrada triunfal en Jerusalén y se inició una locura publicitaria, luego le piden parar escaleras mecánicas lo que “logró” luego de unos intentos. Hubo un científico alemán que quiso estudiarlo en Alemania pero al tener presentaciones ya pactadas en EEUU no pudo quedarse. Hasta se le ofreció actuar en un musical.
- En EEUU encontraría mayor resistencia y desde su llegada fue recibido con mayor escepticismo y ya circulaban rumores que había engañado a incautos investigadores científicos incapaces de detectar sus trucos. Llega en 1972 a Nueva York en un ambiente frío y despertando la curiosidad de científicos como Ed Mitchell (astronauta del Apolo), Wernher von Braun (inventor del cohete V-2), y el físico Gerald Feinberg, lo que incomodaba a Geller, pero el hábil mago reproduce sus trucos en la oficina de Von Braun realizó una interesante variante del fenómeno de romper el anillo y la reparación de una calculadora que Von Braun concluyó que Geller podía producir extrañas corrientes eléctricas.
- Tal era la confianza y la habilidad de Geller que se presta a unas pruebas en el Instituto de investigación de Stanford, California, dirigidas por los profesores Harold Puthoff y Russell Targ, pero Geller no tenía que temer pues no se hacían en un laboratorio, y tan pronto como empezó a concentrarse para intentar doblar un anillo de latón, dicen que el monitor de televisión a través del cual estaba siendo observado empezó a deformarse, y las deformaciones se producían cada vez que la cara de Geller se torcía al concentrarse como por un efecto eléctrico misterioso, una computadora del piso de abajo empezó a estropearse, hizo pruebas de adivinación o percepción extrasensorial con resultados sorprendentes aunque cuando se escogieron dibujos al azar entre un montón de sobres hechos por el público de forma que ni los propios investigadores tenían idea de lo que contenía, su aciertos se redujeron al mínimo sugiriendo que tenía el don de la telepatía o “lectura de la mente”. Así él alegaba haber sido estudiado por gran número de científicos y laboratorios importantes que no pudieron explicar sus poderes o mejor dicho descubrir sus trucos de ilusionista. Además decía que podía curar, encontrar oro y petróleo con sus poderes, pero dejando siempre la posibilidad de fallar por cansancio o cuando la persona no está “predispuesta”.
- Pero faltaba hacer leerse la mano por otros gitanos en su hasta ahora triunfal travesía. Entonces en 1973 la revista Time le solicita un reportaje. Puharich sabía que algo se tramaba al saber que 2 celebridades del ilusionismo estaban involucrados: Charles Reynolds y James Randi, éste último además experto en desenmascarar fraudes. Puharich quiso evitar exponerlo pero Geller prefiere presentarse para no parecer culpable. Pese a esa antesala que se veía sombría y hostil, supera una prueba de adivinar un dibujo de un sobre cerrado y luego el clásico truco de doblar el tenedor frotando con su dedo y luego con una llave del propio Reynolds, los que se siguieron doblando luego que los soltó, así esperaba un informe satisfactorio de la revista, pero la publicación de la revista fue condenatoria. Ambos magos afirmaron poder repetir esos trucos y así lo demostró Randi luego en la práctica. La amplia circulación de Time hundió el mito de Geller a menos de 2 años de haber empezado en 1971.
- Pero el Waterloo definitivo lo tuvo en el programa “Tonight Show” de Johnny Carson donde Randy había advertido a los presentadores del canal no permitir a Geller usar sus propios instrumentos y solo utilizar instrumentos metálicos nuevos proporcionados por el programa sin que Geller los manipule antes. En el programa en vivo, Geller desconcertado no pudo realizar el número y alegó no estar inspirado esa noche.
- Era un hecho aceptado que solo utilizaba trucos convencionales de ilusionismo preparados, porque las cucharas se ablandaban de antemano y así con un ligero frotamiento de dedos se doblaban, su caso era además una demostración que hasta desprevenidos científicos requieren en algunos casos de asesoría de prestidigitadores para descubrir los trucos de hábiles ilusionistas y gran parte del éxito de sus presentaciones depende del tipo de público que tiene – generalmente desconocedores de la prestidigitación –, creyentes en lo paranormal y de extraterrestres y las condiciones son controladas; pero un público compuesto por escépticos y prestidigitadores ponen nervioso al mago que apelará a las justificaciones. Las demostraciones típicas de doblado de metales incluyen varios efectos, cada uno de los cuales se basan en distintos principios, aunque a menudo se pueden combinar para generar efectos más asombrosos. Se explican los métodos de acuerdo con el efecto que percibe el público: doblado de varillas metálicas, doblado de cubiertos con fricción de los dedos, doblado de llaves o monedas, doblado de metales en las manos del espectador, y doblado de llaves o cucharas sin contacto con el sitio de flexión. Un enlace que explica diversos métodos de este truco es:
http://www.escepticoscolombia.org/detalleContenido.php?id=articulo_dobladoMetales
- Pero Randy se ganó un largo juicio por la codicia e ira de Geller que ha seguido por años y hasta ha intentado retirar de la red el humillante video de su fracaso en el programa de Carson sin lograrlo pues no tiene el derecho de propiedad.
- Geller permaneció en el ostracismo por años desde los 70 luego de su desenmascaramiento sin hacer presentaciones ni libros, en ese tiempo muchos ilusionistas aprendieron esos trucos y los reprodujeron, pero reapareció en los últimos años promocionando su libro donde después de todo Geller confirma que pertenece a la estirpe de los vendedores de humo y en ese libro que marca su retorno público hace algo de espirituología, y se dice capaz de enseñar a la gente a mejorar su existencia a través de la visualización, habla ahora de sus creencias en el poder de los colores, la aromaterapia, el poder curativo de las manos, emitir energía con nuestros cuerpos mejorando nuestros sistemas inmunológicos, la capacidad de curar de este modo especialmente a los niños, pues “no son cínicos, no son escépticos“.
- El caso Geller pasó como una ráfaga en el mundo de la misteriología y sorprendió no solo a desinformados, por lo que en algunos casos no basta la mera observación por obra de gente de ciencia sino puede requerirse la ayuda de experimentados cultores de un arte con tretas difíciles pero que finalmente nos dice que el suelo está parejo y que las leyes de la física sobre la materia y energía permanecen incólumes en a nuestro alrededor.
- “Puedes engañar a algunas personas todo el tiempo y durante un tiempo a todo el mundo, pero no puedes engañar todo el tiempo a todo el mundo”. Abraham Lincoln.